Tic tac… 07.10 am, en que momento pasaron 20 minutos del horario del despertador?
Tic tac… ya las 08 y sin cambiar, otro día que llego tarde.
Tic tac…el tercer tren que dejó pasar y sin poder subir al subte. Tendré que mover la reunión de primera hora.
Tic tac… al parecer no soy la única demorada: tránsito, cortes de calle, niñera ausente justifican la falta a esta cita con el reloj, creo que habrá que suspender la salida de almuerzo.
Tic tac… cuando se hicieron las 17? Solo llegue a hacer la mitad de mi planificación. Ahora a correr, que llego tarde al jardín, ya es la hora de salida.
Tic tac, 23hs. Un momento de paz. Voy a avanzar con el escrito más urgente… si mis últimas neuronas activas me lo permiten…. 23.20……..(sin actividad… al menos de vigilia)

Cuantos días de nuestras vidas transcurren de una manera similar?
Cuantas peleas con el reloj protagonizamos día a día?
Por que el tiempo es por momentos tan tirano?
Donde venden ese tiempo no enjaulado que María Elena Walsh describía en su canción de osias en el bazar?
El tiempo es una construcción social. La pregunta es que construcción tenemos hoy y que se valoriza principalmente de nuestra sociedad? Vivimos la supremacia del ya y es una moda que tiene generaciones.
Y el ya es una moneda de dos caras: una cara valiosa que implica resolver con velocidad lo importante (aplausos para eso) y una cara de efectos asociados a esa adrenalina volcada a lo importante pero también a lo no tanto.
Creo que la luz se abre en el punto de disquisición entre lo importante que invita a correr y lo que no vale la pena pero que por inercia nos sigue consumiendo las últimas energías y vibras de paciencia restantes.
Ello invita a Distinguir, priorizar y subrayar. Discriminar lo urgente, lo importante y lo irrelevante para administrar en que momentos es necesario pisar el acelerador y en que otros, el reloj puede guardarse un ratito en la guantera y disfrutar el paisaje en piloto automático.

Lic. Silvana Vattimo
Directora SCI GESTIÓN